lunes, 22 de enero de 2007

Time



Dicen en un comment de un blog que he leído que para ver una peli de Kim Ki Duk hay que tener un día “voy a ver una peli de kim ki duk”. Y es posible, yo hoy lo tenía. El azar hacía que se demorara el momento, y hoy era el día. Uno de los mejores directores actuales cuando lo que uno necesita es mirarse un poco hacia adentro (y no estoy hablando precisamente de mirarse el ombligo). Time, la última peli de este coreano que nos ha regalado ya varias joyas que se encuentran entre las películas que más me han llegado (mi favorita, Primavera, Verano, Otoño, Invierno... y Primavera), nos habla de cómo afecta el paso del tiempo a las relaciones. De cómo nuestra inseguridad mal manejada nos puede llevar a hacer las mayores barbaridades cuando tememos perder al otro. Esta magnífica metáfora nos cuenta cómo los amantes se buscan sin encontrarse, en medio de potentes imágenes evocadoras salpicadas de belleza, aunque en esta ocasión (como ocurrió en su anterior película Hierro 3) también de violencia. Imborrable el recuerdo de la isla de Mo, y su parque de esculturas, donde el artista Lee II-ho nos ha volcado todo su mundo erótico-afectivo completamente fusionado con la naturaleza.




Porque a menudo acariciamos el sueño de que el encuentro dure para siempre. Y he aquí que el encuentro entre seres humanos es más probablemente la excepción, y que la norma es el desencuentro aderezado aquí y allí de encuentros. Lo que hoy es equilibrio, entendimiento, conexión, mañana es desequilibrio y tensión. Ni siquiera el “equilibrio inestable” del que habla el título de un libro de una buena amiga nuestra es representativo de lo que sucede la mayor parte del tiempo. En el amor, 2+2 hoy da 4, pero mañana no. Hoy te miro a los ojos y siento que podría seguir haciéndolo sin descanso durante el resto de mi vida, y mañana no te aguanto porque no has recogido las migas de la mesa. El amor es un pez naranja que se escurre entre mis dedos. Me fascina. A veces lo toco, lo siento entre mis dedos, lo acaricio. Pero otras veces el pez va más rápido que la mano o viceversa. Como mi radio que ayer dejé tan bien sintonizada y hoy cuando vuelvo a encenderla ya se perdió entre las ondas mi emisora favorita. A la pregunta que se formulan en la peli “¿puede el amor durar más de 2 años?” habría que añadir “¿es posible perpetuar el encuentro entre dos seres humanos?”, que viene a ser lo mismo pero poniendo el acento en el contacto. Reconozco que a pesar de mi optimismo innato, todavía no tengo respuesta.

Un buen instrumento para observar el fenómeno, desde mi punto de vista, es contemplarlo/contemplarnos /contemplarme desde la distancia. La distancia oxigena y repara, permite que cicatricen heridas y se asimilen las torpezas propias y ajenas. Como dijo Octavio Paz, y también plagio vilmente de otro blog...
“...para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros...”

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lunes, 15 de enero de 2007

Buenos días fantasma, hasta siempre

Siguiendo los sabios consejos de mis amigos blogueros he decidido optar por convivir a partir de ahora con mi fantasma. Ya tiene su silla reservada en la mesa a la hora del desayuno en las comidas, su lugar en el sofá o su sitio en los momentos de ocio y esparcimiento. A partir de ahora tiene vía libre para rondar y observar en la distancia o en la cercanía y en el momento menos oportuno o deseado. Abierta la celda del fantasma, sólo le queda merodear y ensombrecer a voluntad momentos y espacios. Acepto el precio. Acepto las sombras en mi vida. Acepto el dolor que rezuma el recuerdo. Asumo el pellizco de este momento al evocar el recuerdo.

Y en cuanto a la persona que ha engendrado el fantasma, quiero despedirla.

Si lo pienso bien, aún no habí­a encontrado (o buscado) el momento para ello. Para hacer balance de alegrías y tristezas, de confianzas y desengaños, de abrazos, lágrimas y desencuentros. Esta fue una amistad que el azar hizo posible y ambos nos empeñamos en consolidar. Durante varios años apostamos por el uno por el otro. Llegado un momento, tú decidiste dejar de apostar por mí. Decidiste comunicármelo abiertamente y cerrar la puerta de un portazo. Sufrí una conmoción. Ahora miro atrás y encuentro sobre todo entusiasmos y alegrías compartidas, también momentos intensos. Diseccionamos juntos muchos problemas, no en vano nos conocimos cuando agonizaban nuestras respectivas relaciones de pareja. Vivimos juntos momentos de retorno a la vida, a la ilusión, a la libertad. Un mundo de posibilidades se abría ante nosotros, y yo sentía que juntos las disfrutábamos doblemente. De repente alguien me regalaba la posibilidad de dar un giro a las situaciones habituales, de profundizar como nunca había hecho en los sucesos más triviales, de dar el máximo de mí en las reflexiones sobre la vida y en los momentos más frívolos. Eras un huracán y a la vez tu presencia hacía que todo lo que tocabas adquiera un brillo desconocido, una disposición especial, un orden nuevo. Desde tu experiencia, me descubrías puntos de vista a los que yo no había llegado todavía, estimulabas mi curiosidad vital y despertabas mi entusiasmo. Sólo a veces me sentía desbordado, aplastado por tu iniciativa o invadido. No juzgué que tuvieras conflictos con personas queridas por mí con las que yo te había puesto en contacto. Respetaba la libertad de cada uno y el espacio de las relaciones como algo personal.

Aunque suene un poco a poema de Neruda, ahora sé que llegué a quererte. Lo supe cuando empecé a notar que te perdía. Aprendí mucho de ti. Me regalaste tanta energía, tanto entusiasmo, tanta vida... Ahora que soy capaz de recordar todo esto siento el dolor de la pérdida. Tu inesperada partida de mi vida había ensombrecido todo lo positivo. Y no quiero olvidarlo. No quiero olvidar lo que te debo y lo que te agradezco, aunque tampoco olvido el dolor. No quiero olvidar la piel, la música, el mar, los jardines, tantas conversaciones... No, no me arrepiento de haberte conocido, muy al contrario.

En un momento dado, lo que yo creí un elemento extraño irrumpió en nuestra red de relaciones y tú tomaste partido, mucho antes de que yo lo supiera. Me hicisteis daño donde más me dolería, en la persona a la que amo, de una forma tan retorcida e inmadura que aún no acabo de entenderlo. No sé si esperabais que yo me mantuviera imparcial. Esa no es la vida. No quisisteis ver la realidad más que desde vuestro punto de vista, aunque no es nada fácil lo contrario. Al final una explosión que hizo saltar en pedazos toda la red. Quiero pensar que vuestra complicidad estaba exenta de intereses.

Lo peor, el desgarro de la ruptura inesperada. Nunca te imaginé capaz de ser tan cruel. Nunca pensé que se pudiera segar de esta forma una amistad. Fue como sacar un pez del agua, llevar un pájaro lejos de la atmósfera, arrancar una planta de la tierra. Nuestra amistad murió de asfixia. Mi corazón encogido aún se pregunta por qué. Ahora te digo adiós. Hasta siempre. Es una muerte en vida. Muere para mí tu mundo, tu complejo universo, tu rotunda sonrisa, el huracán, el color. Si nos encontramos, seremos otros. Es posible que volvamos a encontrarnos. De hecho ya ha pasado. Pero ya lo he aceptado. La persona que encontraré, será otra. Hasta siempre a la que fuiste. Hasta siempre.

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martes, 9 de enero de 2007

Pequeños

No olvido la imagen de la familia de la primera víctima de la violencia rebrotada caminando tras el féretro en el aeropuerto. Acompañados de políticos y personal de asistencia, estos trabajadores se veían inmersos en una situación para la que nadie les había preparado, en medio de una operación de traslado rodeada de cámaras y a la que todos asistíamos como espectadores. Asustados, participaban en la comitiva y la incomodidad por la situación desbordaba la experiencia del duelo. Solos en la pista a punto de subir al avión se veían pequeños, desprotegidos, desarropados, en una patria que no es la suya, víctimas de una violencia que no creo que comprendan. Esta vez los agredidos han sido los más débiles, los más humildes. Esta vez los violentos se han lucido. Si ningún tipo de violencia es justificable desde mi punto de vista, machacar al más débil e indefenso es una de las formas de violencia más incomprensibles e inhumanas. Deja en el peor lugar posible desde un punto de vista ético al agresor. Esta vez han caído muy bajo. Es posible que su objetivo fuera una demostración de fuerza para desde su perspectiva ganar posiciones en la negociación y que no buscaran víctimas. Pero debían conocer y valorar los riesgos que entrañaba la acción violenta para la población. La no intención no exime de responsabilidad cuando uno es capaz de valorar los riesgos de lo que hace para los demás. Me ha revuelto por dentro escucharles hoy utilizando en su comunicado el lenguaje de “daños colaterales” que utilizan los estados para justificar guerras. Y una gran decepción me ha invadido, a mí, que siempre, ante cualquier conflicto, desde que tengo uso de razón, aposté por dar una oportunidad a la paz.

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lunes, 8 de enero de 2007

Meme

Pipistrellina me ha nominado para contaros 5 cosas que aún no sabéis de mí… Me considero bastante transparente, aún así supongo que siempre tenemos recovecos que a alguien pueden sorprender, así que ahí voy:

  1. Tardo mucho en entrar en calor y en cuanto hace un poco de frío se me hielan las manos y la punta de la nariz.
  2. Tengo muchas cosquillas.
  3. Cuando estoy con gente desconocida, también tardo en entrar en calor. Esto significa que si te conozco de hace poco y estoy a tu lado o en un grupo, si no hablo no es que no me interese la gente o el tema de conversación, ni estoy pensando nada malo de ti o de vosotros, sino que estoy en plena batalla con mi timidez casi innata.
  4. Me siento muy identificado con Woody Allen (y sus alter-ego cinematográficos) y con Ally McBeal. Esto significa por ejemplo que soy en general bastante torpe y patoso, que soy enamoradizo, que se me da muy mal ligar, que algunos ven este lado mío con cierta comprensión (¿o es compasión?) y cariño, y que aunque pongo de mi parte, digamos que avanzo lentamente.
  5. Me pierde lo chochi, lo kistch y lo petardo. A veces la relación que tengo con este mundo es de amor-odio. Como cuando ves algo muy muy feo que no puedes dejar de mirar y a la vez te repele.

Y ahora viene lo mejor: nomino a Pedro, Enis, Mugalari, Ekiots , Vulcano y Nat. Os toca!

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