martes, 9 de enero de 2007

Pequeños

No olvido la imagen de la familia de la primera víctima de la violencia rebrotada caminando tras el féretro en el aeropuerto. Acompañados de políticos y personal de asistencia, estos trabajadores se veían inmersos en una situación para la que nadie les había preparado, en medio de una operación de traslado rodeada de cámaras y a la que todos asistíamos como espectadores. Asustados, participaban en la comitiva y la incomodidad por la situación desbordaba la experiencia del duelo. Solos en la pista a punto de subir al avión se veían pequeños, desprotegidos, desarropados, en una patria que no es la suya, víctimas de una violencia que no creo que comprendan. Esta vez los agredidos han sido los más débiles, los más humildes. Esta vez los violentos se han lucido. Si ningún tipo de violencia es justificable desde mi punto de vista, machacar al más débil e indefenso es una de las formas de violencia más incomprensibles e inhumanas. Deja en el peor lugar posible desde un punto de vista ético al agresor. Esta vez han caído muy bajo. Es posible que su objetivo fuera una demostración de fuerza para desde su perspectiva ganar posiciones en la negociación y que no buscaran víctimas. Pero debían conocer y valorar los riesgos que entrañaba la acción violenta para la población. La no intención no exime de responsabilidad cuando uno es capaz de valorar los riesgos de lo que hace para los demás. Me ha revuelto por dentro escucharles hoy utilizando en su comunicado el lenguaje de “daños colaterales” que utilizan los estados para justificar guerras. Y una gran decepción me ha invadido, a mí, que siempre, ante cualquier conflicto, desde que tengo uso de razón, aposté por dar una oportunidad a la paz.

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1 comentarios:

A las miércoles, enero 10, 2007 2:58:00 a. m. , Blogger Unknown ha dicho...

esa misma repugnancia, desengaño y desazón es la que uno siente cada vez que estos impresentables salen a la luz, para convertirse en defensores de un pueblo que no les admite como representantes de nada...
el camino a una posible solución va a ser duro, dificil y largo.... y a de seguir por mucho que no nos guste lo que ha pasado... es inadmisible negociar con alguien con un arma encima de la mesa.... el sábado yo saldré a la calle como otras veces y como yo muchos más... esas son las condiciones que tienen que aceptar para sentarse anegociar... la demanda clara del pueblo de que abandonen las armas.

 

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