Cayendo del guindo
La vida nos enfrenta cada día de bruces con la realidad. Se asfixia el rey del pop, el que quería ser forever young mientras pierde su piel metamorfoseada y saca a subasta su parque temático. Los aprendices de capitalista se lamentan de haber caído en la trampa mientras los usureros cierran las puertas y los patronos reclaman la gratuidad del despido. En las calles los hombres de azul completan su cupo diario de inmigrantes que empaquetarán de vuelta a la casa que nunca tuvieron. Bajan los precios y la prensa se estremece, sin embargo en la televisión la dignidad de los perdedores en prime time se revaloriza. El temblor de los corruptos eclipsa la otra debacle. En el bosque de los inmaduros nos ciega la hojarasca. Alguien me recordó que el ego nos puede cegar e impedirnos ver lo que la vida nos está pidiendo a cada momento. El viernes se hace duro en el despertar y en el lastre que nos deja la semana. El viento helado de la mañana me sacude y el rozamiento de la planta de los pies con el suelo me recuerda que estoy vivo. Creímos que la vida era otra cosa y era esto.
Fotografía: Josef Sudek