Hoy

En la vida, para comprender, comprender de verdad, cómo son las cosas de este mundo, debes morir, por lo menos una vez, con que,siendo ésa la ley, mejor morir joven, cuando aún tienes tanto tiempo por delante para levantarte y resucitar...

"le verge, le vivace et le bel aujourd'hui"

Giorgio Bassani. El jardín de los Finzi-Contini

Hay días en que la persona que vuelve a casa por la tarde no es la misma que salió a la calle por la mañana. La vida tiene puntos de no retorno. De repente todo se ha dado la vuelta, como una prenda del revés, y lo que ayer tenía sentido hoy ha cambiado. Un giro inesperado pero sólido, pétreo, real.
¿Cómo podemos respirar sin saber lo que hay al otro lado de los muros? La curiosidad nos da la vida y se merece que la cultivemos.
¿Cómo no escuchar las señales? ¿Acaso se empeña la naturaleza en perpetuarse en el verano? La vida es un continuo cambio de estación, una página sucede a otra, un nuevo capítulo que deja atrás el anterior. Es preciso parar para ver cómo pasa el tiempo. Bajarse del tren para percibir el movimiento. Cuando la vida nos para fortuitamente, ya está. Ahí lo tenemos. El vértigo ante el paso del tiempo se combina con la inquietud que nos deja haber escuchado nuestro interior más profundo. Y ya no hay duda. El corazón no miente. Sólo nuestra mente nos miente a veces. Ahí, a solas con uno mismo, sin antifaz, desnudo, toca escucharse, sentir el dolor o el miedo y pasar página.
La valentía que nos falta para arrojarnos hacia adelante es la que nos sobra para engañar y autoengañarnos. Así que mejor no traicionar y no poner en palabras lo que no sabemos si seremos capaces de conseguir.