vidas
Que la muerte no respeta edades ni clases sociales ni nacionalidades, lo sabíamos. Que la vida puede depender de un retraso de unos minutos para coger un avión, o del asiento asignado, lo sabíamos. Sin embargo lo olvidamos. Olvidamos el milagro que supone que yo esta mañana haya caminado por la acera, que mis pasos me hayan llevado hasta una librería, que haya ojeado unos libros, que haya sentido que los autores me hablaban a mí y no haya podido evitar comprarlos, que antes de salir para el trabajo alguien me haya abrazado, que se me haya erizado el vello al sentirme vivo.
Nadie me asegura que mañana esté aquí frente a esta pantalla. Nadie te asegura que mañana estés aquí frente a esta pantalla. Imaginamos nuestra desaparición dentro de años, décadas incluso, sin querer creernos realmente que exista esa certeza. Aunque podamos hacerlo con miedo, cada vez que iniciamos un viaje estamos seguros de que llegaremos a nuestro destino (sería difícil vivir y poco práctico si estuviéramos dudándolo a cada segundo).
El dilema está en la elección de cómo queremos vivir nuestra vida. ¿Optamos por el hedonismo y nos recreamos en el placer que nos proporcionan el sexo, la música, la literatura, el arte, la contemplación de la belleza, la compañía de los seres queridos, el descubrimiento de nuevos lugares o individuos (cada uno pensará en cosas distintas, obviamente)…? ¿O bien optamos por apostar, por metas más lejanas que implican esfuerzo y sacrificio pero también un placer más elevado, el de los retos alcanzados, la superación, el crecimiento…? ¿Qué sentido tiene la vida si no apostamos, si no crecemos? ¿Pero qué sentido tiene si no hay placer, si no hay belleza, al menos de cuando en cuando…?
9 comentarios:
somos tan vulnerables...
feliz reencuentro. seguimos vivos.
un abrazo.
... sí, somos más frágiles de lo que creemos...
Feliz de volver a encontrarte yo también.
Abrazos
Yo llevo ya mucho de sacrificio y contemplación, así que creo que me voy a dedicar un poco más al sexo ;-)
Besos, hermanito.
haces bien carlitos!
...los extremos no son buenos ;)
besos
¡Vaya, que entrada! Precisamente llevo todo el día dándole vueltas a esto, a lo de apostar o no. Incluso, acordándome de tí (como me pasa siempre que rondan por mi cabeza todos estos temas), he pensado en ¿conseguiría aclarar un poco dónde están los límites, o acercarme a esos límites que son de cada uno (si es que lo son) hablando con "Antinoo Libre", mi hermanito del alma?
Acabo de llegar de vacaciones y durante las tres horas del viaje he estado "rumiando" de nuevo este tema, particularizado, claro está. En definitiva creo (o no, no lo sé) que se trata de: ¿dónde estaría el límite entre la valentía o la temeridad?
Un abrazo muy grande.
Veryescueto
Y en ese dilema estamos todos, unos lo llevamos más a flor de piel que otros pero todos nos debatimos entre lo inmediato y lo futuro.
Ayer hablaba con Luigi sobre la forma de avanzar que tenemos, en un momento dado el dijo que avanzamos poniendo parches, apagando fuegos. Creo que así es y también creo que la necesidad y las ansias de superar esa transitoriedad es una de las fuerzas que más fuerzas tienen a la hora de explicar nuestro comportamiento.
Un beso tio.
Hermano,
Valentía o temeridad, depende a quién le preguntes... Yo me he propuesto explorar los límites (mis límites) e ir llevándolos cada día un poco más allá. Es ahí en el límite donde está la vida. Bueno, no es para tanto... creo que peco un poco de teórico. Siempre mi mente ha ido por delante de mis pasos. Que hay que arriesgar para ser feliz, de eso no tengo duda. El conformismo es como una tarde aburrida de verano a la hora de la siesta. Bueno, no me hagas mucho caso... si quieres hablamos y me muestras tus cartas y tus posibles apuestas.
Abrazos
Argax,
Eso es, siempre inmediatez versus futuro. Reconozco que yo también puedo ser un poco apagafuegos, sin embargo lo que quiero es adelantar al fuego de vez en cuando, marcar yo el recorrido, coger el toro por los cuernos, poner yo el título al poema... No es fácil y casi siempre me gana la inmediatez.
besos
Nuestra vida está sujeta de un fino hilo, lo que pasa que obviamos esto para poder vivir con tranquilidad, aunque siempre hay alguna desgracia que se encarga de recordárnolo. Otra cosa es el sentido de la vida, que nos empeñamos en buscar desesperados como si fuera la última moda. Creo que el sentido de la vida sólo se conoce el momento de tu muerte... Saludos.
Yo lo que quiero es sentirme vivo, aunque a veces parezca que esté más muerto que nunca. Pero son tantas las cosas que me hacen sentirme vivo, que a veces me basta un simple soplo de aire en los arboles de una plaza... y otras veces necesito el sentimiento más fuerte del mundo.
Besos!
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio