lunes, 5 de noviembre de 2007

Cuánto gané, cuánto perdí (IV): memoria


Hay recuerdos que algunos se empeñan en borrar de la faz de la tierra, de la mente de sus dueños y de la mente de los descendientes de sus dueños. Si el ser humano es capaz de ser cruel y de destruir vida y belleza, los que somos testigos no podemos olvidarlo.
Llevo una temporada en que determinadas muescas de las tapias de los cementerios me parecen más que muescas. En que la placa que hay cerca de casa que anuncia dónde escribió Miguel Hernández “Las nanas de la cebolla”, o la que informa que justo encima de la librería donde el jueves estuve comprando vivió Lorca los años justamente antes de ser asesinado, me resultan más que anuncios adosados a la pared.
Está despertando en mí una cierta conciencia emocional, que va más allá de los datos históricos. “Las trece rosas”, la película dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, sin haberme convencido desde el punto de vista cinematográfico (y mucho menos la mayoría de las jóvenes actrices), me ha trasladado, gracias a la magnífica interpretación de Pilar López de Ayala, directamente al sufrimiento de los que lo perdieron todo o casi todo hace ya casi 70 años. Aconsejo leer la carta que escribió Blanca Brisac, la persona a la que esta actriz interpreta y que cierra la película, publicada en la web oficial. Las palabras nos retrotraen al sufrimiento extremo de aquel a quien su compromiso con la coherencia ha significado la condena a muerte. Difícil de comprender para los que hemos crecido en la sociedad del bienestar lo que implica sufrir en primera persona la represión de un régimen dictatorial.
Y son tantos que perdieron la vida o la dignidad y no han tenido homenajes ni canonizaciones, ni sus nombres han estado escritos en los muros de las iglesias y cuyo recuerdo fue brutalmente silenciado a través del miedo. Devolverles la dignidad arrebatada a ellos y a sus familias es un deber moral de todos y afortunadamente se están dando pasos. Es lo menos que podemos hacer por quienes contribuyeron a construir buena parte de las raíces de las libertades que hoy disfrutamos.

Me conmovió el relato del hijo de una víctima que gracias a un terapeuta que le facilitó una asociación pudo llorar a su padre después de décadas. Como ésta, muchas heridas aparentemente cerradas no lo estaban. Las lágrimas de todos nosotros, al destapar y reconstruir este sufrimiento negado y arrinconado, van a contribuir a cerrar y asumir algo que necesitamos alojar en un rincón sagrado de nuestra alma. Y a completar las lagunas de nuestra historia.
Pero no sólo pienso y siento el dolor que acompaña nuestro pasado más reciente. Me reconciliaré conmigo mismo y con mi condición humana cuando termine de integrar tantos crímenes y genocidios que articulan la historia universal. Con la ayuda de escritores como Muñoz Molina a través de su novela “Sefarad”, o directores de cine como Isabel Coixet con “La vida secreta de las palabras” (por citar algunos), voy adentrándome en ese rincón oscuro y descubriendo la punta del iceberg de las guerras fraticidas (todas lo son) y lo que supone la destrucción de aquel que controla las materias primas, o simplemente es el vecino o el cónyuge o el diferente o el chivo expiatorio.

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9 comentarios:

A las lunes, noviembre 05, 2007 8:54:00 p. m. , Blogger Martini ha dicho...

tendré que verla para decidir

 
A las martes, noviembre 06, 2007 6:21:00 p. m. , Blogger Unknown ha dicho...

No es fácil convivir con el sufrimiento que nos rodea.. y menos fácil ver que la historia, o los que la escriben, se va comiendo la memoria viva de sufrimientos e injusticias pasadas... Nos han obligado a olvidar y a mirar para otro lado.. y no por el bien de nuestros mayores y nuestra convivencia... sino para dejar claro que aquel episodio de nuestra historia fue el resultado necesario de algo inevitable y bueno para salvaguardar la patria y sus valores... presiento que dentro de muchos años, Franco terminará siendo en los escritos de la historia una especie de Isabel la católica... y los dos santos....
besos niño... que nos vemos este próximo finde..

 
A las miércoles, noviembre 07, 2007 1:57:00 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

Te quería decir cosas como las que dice esta canción...

Otro Muerto
(J. M. Cano)

Otro muerto, otro muerto
Qué más da
Si está muerto, que lo entierren y ya está
Otro muerto, pero no es sin ton ni son
De momento se acabó la discusión

Yo no sé, ni quiero
De las razones
Que dan derecho a matar
Pero deben serlo
Porque el que muere
No vive más, no vive más

Otro muerto, pero qué bonitos son
Calladitos, sin querer llevar razón
Otro muerto, pero tiene su porqué
Algo ha hecho y si no pregúntale

Yo no sé, ni quiero
De las razones que dan derecho a matar
Pero deben serlo
Porque el que muere
No vive más, no vive más

Yo no sé, ni quiero
De las razones
Que dan derecho a matar
Deben ser la hostia
Porque el que muere
No vive más, no vive más.


Escucharla no es lo mismo. besinos

 
A las miércoles, noviembre 07, 2007 3:05:00 p. m. , Blogger NaT ha dicho...

Ayy mi Antinoo, he perdido la cuenta de las veces que he entrado para decirte algo y he tenido que cerrar a todo correr.
Y ahora se me perdieron las palabras, y es que me gusta mucho leerte y pensar en como andarás tú pensando cuando escribes y te imagino, a veces, con media o con sonrisa entera, esa que echo de menos.
Andarás liado el finde, pero a ver si casamos un huequillo entre cerveza y cerveza, amigos y amigos y nos vemos y achuchamos un poco.
Besines

 
A las viernes, noviembre 09, 2007 3:32:00 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

hay que recordar, sobre todo para no caer en la misma piedra, aunque desgraciadamente volvamos a caer, por el orgullo, la envidia y tantos males que nos azotan..
buenas recomendaciones, buenas peliculas, buenos libros...buena mirada :)

 
A las viernes, noviembre 09, 2007 3:37:00 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

me olvide, gracias por recordarme lo de las cartas, la peli no la vi, pero tengo ganas de leer las cartas, algunas oi que eran verdadera obras literarias y otras no tanto pero que son geniales, pensar que por culpa de la ignorancia se pierden en este mundo tanta buena vida...temas como este la verdad que no los puedo tocar, da tanta lastima, te recomiendo el documental en el que se basa la vida secreta de las palabras. lo vi antes que la peli asi qeu ya sabia el desenlace ;) pensar lo que sufre mucha gente debido a ignorancia de los demas, y para verlo no hay que irse a una guerra
bueno me voy a ver las cartas

 
A las sábado, noviembre 10, 2007 9:42:00 p. m. , Blogger Antinoo Libre ha dicho...

Mart-ini,
Pues sí,yo no te digo nada más, pero ve a verla...

Ekiots,
Espero y estoy convencido de que no se hablará así del dictador... En la época de Isabel la católica no había diarios ni Internet ni investigadores y personas de a pie comprometidas en aclarar lo que pasó...
besos!

Manuel,
Como siempre aciertas con tus comentarios ya sea citando o con tus palabras...
Gracias y besos!

Nat,
Gracias por tus palabras, eres un encanto de chiquilla... tú también eres tan achuchable... ;)
besotes!

Alejandro,
Me alegro de que te guste mi mirada, espero que encuentres las cartas y que te gusten... Hoy las tenemos gracias a gente que se ha ocupado de buscarlas, recopilarlas y hacerlas públicas... un buen ejemplo de memoria comprometida...
Besos!

 
A las lunes, noviembre 12, 2007 10:30:00 p. m. , Blogger santino ha dicho...

Hola es la primera vez que te escribo, sin embargo ya van varios post tuyos que me han gustado mucho, precisamente estoy con mi tesis de maestría buscando en el ¿porqué las sociedades olvidan?, y no solo los hechos sangrientos y vergonzosos sino cosas cotidianas que daban sentido a la vida...En fin me encantó la coincidencia. Saludos desde México.

 
A las miércoles, noviembre 14, 2007 1:21:00 a. m. , Blogger Antinoo Libre ha dicho...

Santino,
Me encanta que nuestros intereses se encuentren a pesar de la distancia!
Ya ves, a mí también me interesa la recuperación de la memoria, muchas veces el olvido es forzoso, pero tienes razón, en otras ocasiones el progreso o el mero paso del tiempo lleva a las sociedades a olvidar valores, formas de hacer y de respetarse, rituales, estéticas, que eran útiles, que hacían la vida más habitable... qué importante es que haya gente que reflexione sobre ello...
Un placer conocerte, espero volver a verte por aquí!
Abrazos

 

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