Yo soy un pez
Yo soy un pez, un pez
que va por el jardín,
tan libre como un árbol.
Y soy también un árbol,
que tiene sus raíces
en el cielo,
como un pájaro.
Soy un pájaro, un pájaro,
y son míos los cielos
las aguas y la tierra.
¿Por qué, si soy un pez,
un pájaro y un árbol,
la angustia de ser hombre
hace que todo
me resulte, de pronto,
tan extraño?
José Corredor-Matheos
Pasan los días y vas atravesando nuevas etapas. Los nudos se deshacen y se enredan de nuevo una y otra vez y es la vida que nos va cubriendo de sucesivas capas de ilusiones y agobios. Los estratos se van así sobreponiendo y a veces sufren plegamientos. Es necesario de vez en cuando hacer prospecciones y saber qué había debajo de todo lo demás. Cuál es el motor, cuáles las angustias más primarias, dónde el horizonte, no perder las referencias últimas.
En medio de este caos estelar hay cimientos sólidos. En medio del viento los cabellos ondean bien sujetos a la piel. El frío nos hiela el pensamiento y contrae nuestros músculos, pero debajo, la sangre sigue fluyendo bien caliente.
Sidarta de Hesse y este recién descubierto Corredor-Matheos me van acompañando en mi viaje iniciático y es una suerte redescubrir a un tiempo los principios, los miedos a lo desconocido, los afectos imperecederos.